Esposas de plomo y piedra del prisionero

Esposas de plomo y piedra del prisionero
Esposas de plomo y piedra del prisioneroNombreEsposas de plomo y piedra del prisionero
RarezaRaritystrRaritystrRaritystrRaritystrRaritystr
TipoArtefactos, Manos
FuenteCaverna de la corrosión del Jardín del Sosiego
Conjunto de artefactos
Prisionero aislado
Prisionero aislado
Efecto del conjunto2: ATQ +12%.
4: Por cada estado de Daño con el tiempo que tenga el objetivo, el portador ignora un 6% de su DEF cuando le inflige daño, hasta un máximo de 3 estados de Daño con el tiempo.
Niv. máximo15
HistoriaEsposas pesadas que sujetan con fuerza las manos del malhechor. Sus agujas de acero inmovilizan las muñecas para evitar que sus feroces garras vuelvan a causar daño.

Índice
Atributos
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Historia

Atributos

+15
Atributos base
Class ATQ
352.8
Atributo secundario
Class PV
203.22 ~ 228.62 ~ 254.03
Class ATQ
101.61 ~ 114.31 ~ 127.01
Class DEF
101.61 ~ 114.31 ~ 127.01
Class PV
20.74% ~ 23.33% ~ 25.92%
Class ATQ
20.74% ~ 23.33% ~ 25.92%
Class DEF
25.92% ~ 29.16% ~ 32.4%
Class VEL
12 ~ 13.8 ~ 15.6
Class Prob. CRIT
15.55% ~ 17.5% ~ 19.44%
Class Daño CRIT
31.1% ~ 34.99% ~ 38.88%
Class Acierto de efecto
20.74% ~ 23.33% ~ 25.92%
Class RES a efecto
20.74% ~ 23.33% ~ 25.92%
Class Efecto de Ruptura
31.1% ~ 34.99% ~ 38.88%

Historia

Cuando las nubes se separaron, la luz sombría de la luna se derramó sobre el cuerpo lleno de cicatrices del Señor de la Guerra. La enorme garra que cortó la espadachina de cabello plateado quedó a un lado, y los vasos sanguíneos del desesperado Señor de la Guerra palpitaron con furia. Con un largo y doloroso aullido, sus afiladas garras volvieron a crecer.

Catalizado por la locura lunar, el Señor de la Guerra apenas si pudo con los golpes de espada que parecían rayos de luna. Oró en silencio al poder de la Abundancia, decidido a terminar la pelea final como una bestia atrapada.

Ya había olvidado cuántas veces el ejército borisin hizo incursiones. Recordaba las veces que sus hombres usaron las garras para abrir brechas en su avance, solo para que se volvieran a cerrar. Los exhaustos borisin confiaron en su regeneración casi indestructible y lucharon por derribar los obstáculos que se encontraban. La sangre del Señor de la Guerra empapó sus garras y se sumió en un trance para, de repente, darse cuenta de que no tenía adónde correr y que ya nadie lo seguía.

"Alfa borisin, tomaste innumerables vidas con tus propias manos. Las ataremos con plomo y piedra, y estarán bajo estricto control".

El Señor de la Guerra al fin se derrumbó, impotente, frente a la espadachina. Por primera vez, sintió esa agotadora experiencia cercana a la muerte. "Qué espada tan incomparable", pensó, "¡Qué emoción tan incomparable!".

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