Ocarina de los deseos de la Floresta del Misterio

Ocarina de los deseos de la Floresta del Misterio
Ocarina de los deseos de la Floresta del MisterioNombreOcarina de los deseos de la Floresta del Misterio
RarezaRaritystrRaritystrRaritystrRaritystrRaritystr
TipoArtefactos, Cuerda de unión
OrigenUniverso Diferenciado: Extracción de ornamentos
Máquina sintetizadora multiusos – Síntesis de artefactos
Conjunto de artefactos
Paraíso de las hadas tejesueños
Paraíso de las hadas tejesueños
Efecto del conjunto2: Cuando en el equipo desplegado en el campo de batalla hay más o menos de 4 aliados, por cada aliado de más/menos que haya, el daño que infligen el portador y su mnemoduende aumenta en un 9%/12%. Se puede acumular hasta 4/3 veces.
Niv. máximo15
HistoriaUna ocarina de barro que representa la promesa entre unas hadas y dos niños. Cuando el niño y la niña soplan la ocarina, las hadas abren el hueco del árbol que conduce hasta la floresta con un sonido de “mem” y les dan la bienvenida con alegría.

Índice
Atributos
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Historia

Atributos

+15
Atributos base
Class Efecto de Ruptura
64.8%
Class Recuperación de energía
19.44%
Class PV
43.2%
Class ATQ
43.2%
Class DEF
54%
Atributo secundario
Class PV
203.22 ~ 228.62 ~ 254.03
Class ATQ
101.61 ~ 114.31 ~ 127.01
Class DEF
101.61 ~ 114.31 ~ 127.01
Class PV
20.74% ~ 23.33% ~ 25.92%
Class ATQ
20.74% ~ 23.33% ~ 25.92%
Class DEF
25.92% ~ 29.16% ~ 32.4%
Class VEL
12 ~ 13.8 ~ 15.6
Class Prob. CRIT
15.55% ~ 17.5% ~ 19.44%
Class Daño CRIT
31.1% ~ 34.99% ~ 38.88%
Class Acierto de efecto
20.74% ~ 23.33% ~ 25.92%
Class RES a efecto
20.74% ~ 23.33% ~ 25.92%
Class Efecto de Ruptura
31.1% ~ 34.99% ~ 38.88%

Historia

"¡Recuerden nuestra promesa! No importa qué tan lejos estén, si tocan la ocarina, ¡podremos oírlos!".

Esa había sido la primera vez que el niño y la niña de Elisios habían ido a la Floresta del Misterio y conocido a las hadas. Estaban en el patio jugando al escondite con sus amigos cuando cayeron por accidente en el hueco de un árbol. El hueco era muy profundo, como un tobogán sin fin, y cuando al fin llegaron el final, en vez de darse un buen golpe en la cabeza, como esperaban, se vieron rodeados de hadas.
"Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete. ¡Qué lindos cachorritos! No, eh... ¿conejitos?".
"No, no, somos do re mi fa sol la si. Yo soy Dolimem, esa es Solimem y aquella es Relimem".

La amistad entre los niños y las hadas fue como una lluvia de estrellas fugaces, repentina y brillante. Pasaron un día maravilloso juntos, pero pronto llegó el momento de la separación. Si no volvían pronto a casa, sus padres se preocuparían.
"Después de despedirnos, ¿volveremos a vernos alguna vez?", preguntó el niño con una voz un poco triste.
Despedirse, volver a ver... Las hadas no entendían esas palabras. En la Floresta del Misterio nunca había despedidas. Pero, a juzgar por la expresión de los niños, sabían que era algo triste. Después de pensar un rato, Relimem, que era de color violeta, dijo: "Fai, Rene, esperen, tengo que darles algo".

El niño y la niña sostuvieron en la palma de la mano el regalo de Relimem. Era una ocarina con forma de oreja de hada que Relimem había hecho ella misma. Tenía siete agujeros que, al soplarlos, emitían una nota melodiosa: do, re, mi, fa, sol, la, si. Relimem dijo con mucha seriedad: "Si quieren volver a jugar en la Floresta del Misterio, solo tienen que tocar esta ocarina. No importa si estamos durmiendo, cantando o arreglando un tejado de hojas, la oiremos y abriremos el hueco del árbol para que puedan llegar aquí".

"¡Una ocarina memsteriosa que llama a las hadas!", se rio la niña. "¡Lo hemos prometido, por supuesto que volveremos!".
A partir de entonces, los momentos de mayor felicidad de Relimem eran cuando sonaba la ocarina. Siempre saltaba de alegría y gritaba: "¡La oigo! ¡La oigo con las dos orejas!".

Mucho más tarde, Fai y Rene, que se habían ido de Elisios, recordaban todas las cosas de su infancia: los juguetes de hojalata oxidados, los soldaditos sin brazos ni piernas del granero, las flores de ganchillo, toda la lluvia que nunca caía, la sangre que ya se había secado y los campos de trigo completamente quemados.
Pero olvidaron la ocarina enterrada en la tierra y una promesa que ya no podían cumplir.

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